martes, 24 de abril de 2012

Después de leer Anti-enseñanza de Wesch

La enseñanza formal en un edificio "escuela" para todos no se instituyó para los educandos tuvieran una vida en sociedad con mejores posibilidades y oportunidades en su vida adulta, sino para capacitar operarios para trabajar. Si bien siglos antes la educación formal era para una élite social y en especial para varones; las niñas aprendían en su hogar con sus familiares. Después de reformas educativas, de los derechos para la mujer para la igualdad de acceso a la educación formal casi en la segunda mitad del siglo XX en Uruguay la educación pública primaria es mixta. En algunas regiones de oriente u otras porque la religión no lo permite las niñas y las adolescentes aún no tienen ese derecho a una educación formal en la segunda década del siglo XXI. Pero las que tienen acceso por Internet han podido abrirse al mundo, comunicarse, participar de las redes sociales junto a los hombres para hacer la revolución "primavera árabe" impensado hace quince años atrás. En cuanto a la antienseñanza:
Se debe tener cuenta los estímulos que nuestros alumnos reciben al margen del sistema educativo son cada vez más y cada vez más atractivos. Y a esa dificultad de conectar la educación impartida en el aula con las “motivaciones de la post modernidad”. También se debe añadir otra muy parece más relevante: la continua suplantación de metodología por la tecnología. Los maestros y profesores debemos preguntarnos si sabemos intervenir con eficacia en los contextos educativos que trabajamos. Hay demasiado ruido tecnológico y poco conocimiento consistente y evaluable en el aula amparado en la libertad de cátedra y cada maestro con su librito. Y esto es antienseñanza.

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